Siento mucho no haber publicado ninguna entrada estos días y lamento deciros que este post no va a ir de ropita ni nada similar, lo que quiero es relatar los primeros días de mi niña en la guardería.
El primer día fue de fábula, nada más llegar echó a correr dentro con el resto de niños y ni siquiera se despidió de nosotros, tendriais que haber visto la cara que se nos quedó al padre de la criatura y a mi, jeje.
El segundo día igual, pasó el fin de semana y el lunes mi hija tenía un catarro del quince (que, por supuesto, compartía media guardería) aún así como ya no tenía fiebre la mandamos un par de horitas; y ahí empezó el drama. Unos llantos cuando la dejamos que para qué, yo casi llorando pero intentando aguantar el tipo por la peque y pensando toda la mañana en cómo estará o si estará llorando... Pues así seguimos. Sigue llorando al quedarse pero según las profesoras se calma cuando está en su clase y se lo pasa bien, juega, se relaciona bien con el resto de niñ@s (a un par de ellos no les deben dar bien de desayunar porque ya ha salido con mordeduras en par de días), obedece a la profe... Todo bien hasta que toca salir al recreo, momento en el que, segun me cuentan, se vuelve a agobiar y a lloriquear. No, si al final me va a salir aplicada la niña....
Pues eso es todo de momento, supongo que con paciencia la cosa mejorará y llegará un momento en el que vuelva a ir contenta
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